Mi nombre es Belén Villacís, el motivo de mi presente carta es para dar las gracias a Joaquín Gallegos Lara por escribir la novela “Las cruces sobre el agua” que hoy en día es un recuerdo de lo que pasó aquel día en el que el Ecuador fue bañado de sangre obrera, esta novela publicada en el año 1946 retracta la cruel masacre de los obreros del 15 de noviembre de 1922.
Gallegos Lara crea dos personajes: Alfredo y Alonso con los cuales quiere dar a entender la problemática que se vivía en ese entonces: la falta de recursos de la clase obrera, el poco dinero que ganaban los trabajadores hizo que estos iniciaran una huelga con el fin de exigir mejores condiciones laborales y mejores salarios. Toda la clase obrera fue parte de esa huelga.
Para controlar dicha huelga la Fuerza Pública abrió fuego contra cacahueros, carpinteros, panaderos, albañiles, peluqueros, ferroviarios, lavanderos, que pedían la libertad de sus líderes detenidos. Los uniformados, apostados en calles, portales y casas, dispararon sin cesar. Y así se dio fruto a una masacre en las que cientos cayeron y sus cadáveres fueron arrojados a fosas comunes y al río Guayas el cual se convirtió en su última morada.
Cada 15 de noviembre las personas lanzan cruces sobre el agua en recuerdo de aquellos que fueron vilmente asesinados.
Una historia que hasta la actualidad se recuerda el execrable crimen del Estado porque significó el inicio de nuevas luchas democráticas.
Agradezco su atención a los lectores.
Atentamente
Belén Villacís
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